LA PARADOJA DE LA ANSIEDAD APRENDIDA: buscar el resultado sin generar las causas
por Jorge Francisco León Ayala, MBA.
Basta con observar los titulares de los medios de comunicación para entender cómo nuestra sociedad se mueve principalmente en la búsqueda de la satisfacción inmediata: el foco de los mensajes mercadológicos se centra en impulsar el gozo inmediato, el consumo, el disfrute, la conquista de la satisfacción. Estos mensajes no tienen nada de malo, dirán algunos, pero lo que sucede es que no son suficientes como elementos constructores de futuro: “aprenda Inglés mientras duerme”, “fortalezca sus músculos mediante la gimnasia pasiva”; “compre hoy y pague en tres meses”, son mensajes que prometen el gozo inmediato sin el compromiso del esfuerzo pertinente. El resultado: un estado de ansiedad persistente que nos conduce a la búsqueda del placer y la satisfacción sin haberlos trabajado.
Esa ansiedad persistente que forma parte de nuestras vidas se traslada a las empresas, los emprendimientos y la sociedad misma y nos conduce a buscar el “camino corto”: fijamos objetivos y establecemos los medios para obtener el resultado al más corto plazo. El conflicto se produce cuando olvidamos que “los grandes resultados se construyen” y por lo tanto, debemos alcanzar logros de corto plazo que sumados, construyen pasos edificantes para conquistar las metas de largo plazo.
Avancemos con acciones concretas para ayudar a combatir la inmediatez que frena nuestro desarrollo; desde la escuela hasta las empresas y comunidades enseñemos a dar los pasos requeridos tanto para lograr la prosperidad integral como para ser cada vez más productivos en el uso de los recursos disponibles. Mientras la gran corporación crea grupos de innovación y cambio, y los pequeños empresarios y emprendedores crean acciones para competir exitosamente en el mercado, las personas y sus familias deben engendrar propósitos y tareas encaminadas a “ser mejores personas que transitan por senderos de progreso”.
Una propuesta de esta naturaleza involucra un conjunto de procederes que engendran el cambio:
1.- Escuelas, empresas y comunidades se deberían constituir el “Escuelas de Prosperidad” en donde se armonizan los logros inmediatos con la construcción del futuro deseable.
2.- Así como se elabora la edificación de la prosperidad, se deberán realizar acciones contundentes para incrementar la productividad como noción de vida.
3.- Prosperidad y productividad son fuerzas dinámicas que deben ser medidas con indicadores de desempeño activos, que van desde conocer el retorno sobre la inversión en el uso del tiempo individual y colectivo hasta la optimización de los resultados tangibles e intangibles obtenidos como el fruto de nuestro esfuerzo.
4.- Abramos espacios de tiempo en nuestras vidas para desarrollar acciones concretas, medibles y verificables que mejoren nuestra productividad y concreten nuestro desarrollo en términos de prosperidad.